“El oro olímpico de París fue el premio que debía el deporte al waterpolo femenino español”
Waterpolo
El reportaje 'Eternas' de Movistar Plus recuerda y desgrada el mayor éxito de una generación incomparable del waterpolo femenino

Las jugadoras de la selección femenina de waterpolo al completo, menos Anni Espar, durante la presentación del documental 'Eternas' de Informe + en Barcelona
El 10 de agosto del 2024 les quedó grabado para toda la vida. Fue el día que la generación dorada del waterpolo femenino español logró el oro olímpico, el último oro que les faltaba para completar una trayectoria incomparable. Un oro perseguido 12 años, desde Londres 2012, y conquistado en los Juegos de París, que no les ha cambiado la vida en estos siete meses transcurridos. Siguen siendo jugadoras semiprofesionales, que no pueden vivir solo de un deporte minoritario y a menudo inadvertido en los grandes medios. Pero aquel oro les ha dado un plus, algo intangible, solo constatable en el ánimo y el sentimiento que les acompaña: son eternas.
40 minutos emotivos
En dos semanas entre noviembre y diciembre se grabó el reportaje con la participación de las 13 jugadoras... menos Miki Oca
Eternas es el título que ha dado MoviStar Plus a su último Informe+, escrito por José Luis de la Osa, y que se pasó anoche en estreno en el canal de la plataforma de pago. Surgió en la cabeza de los creativos nada más colgarse el oro las chicas de Miki Oca en la Défense de París. Una llamada al entonces seleccionador, una coordinación de la capitana Pili Peña para poner de acuerdo la agenda de 13 jugadoras, y dos semanas de grabación entre noviembre y diciembre. Es resultado es un reportaje de 40 minutos emotivos, intensos, de lágrimas y risas, de rememoración de unos Juegos brutales, pero también de disección de las claves del éxito de este grupo humano singular –“no nos digáis grupo, llamadnos familia”, pide en un momento del Informe+ Bea Ortiz-.
Eternas lo engloba todo, significa para mí estar tantos años allí arriba dando resultados, logrando medallas de oro, de plata, de bronce, y lo difícil que es mantenerse tanto tiempo"
“Eternas lo engloba todo, significa para mí estar tantos años allí arriba dando resultados, logrando medallas de oro, de plata, de bronce, y lo difícil que es mantenerse tanto tiempo”, explicaba la capitana, Pili Peña, una de las supervivientes del núcleo primitivo del primer equipo de Londres 2012 que se colgó la plata, junto a Maica García, Laura Ester y Anni Espar –la única ausente en la presentación en Barcelona, por encontrarse en Australia-.
La historia de Eternas, y el camino hacia el oro olímpico en sí, arranca en el stage que realizaron las waterpolistas en Sierra Nevada en la segunda quincena de junio para preparar los Juegos en altura. No fue una concentración más de las que solía organizar Miki Oca. “Estuvo más centrado en el coaching; fue muy duro mentalmente hablando, tuvimos que sacar todo de todas”, explicaba Maica García. “Nos dijimos cosas que no nos gusta escuchar, recuerdo ver caras llorando y riendo, aprendimos a dejarnos ayudar”, confesaba Bea Ortiz. Tuvieron vivencias que marcan toda la vida, se perdieron subiendo al pico Veleta, y bajaron transformadas. “Nos veíamos poderosas, con hambre de ir a París”, descubría Laura Ester.
Judith Forca y Paula Crespí durante la presentación del documental 'Eternas'
Luego llegaron los Juegos, el estreno victorioso ante Francia, con las lágrimas escuchando La Marsellesa. “Me emocioné con el himno de Francia, tenía los ojos vidriosos”, recordaba Bea. El primer gol, de Paula Crespí, que explica su dolorosa vivencia de quedarse fuera de los Juegos de Tokio. Luego, la victoria contra Estados Unidos, la bestia negra, a la que no ganaban desde el Mundial de Barcelona 2013. “Nos hizo ver a todas que era nuestro año”, decía Anni Espar. Y después de las victorias ante Grecia e Italia, los cuartos contra Canadá y las semifinales, dramáticas, resueltas en los penaltis, contra Países Bajos, con parada providencial de Martina Terré, una de las voces divertidas del reportaje. “Le miré a los ojos, y ya está. Falló”, explica la portera del Sant Andreu.
Y el 10 de agosto, la final contra Australia. Un partido, un día, que las protagonistas repasan con sus recuerdos, enlazados dulcemente por la realización. “Yo lloré mucho en el autocar, podía ser mi última final” (Maica García); “las miradas eran de vamos a hacerlo, no había lugar a la duda” (Paula Crespí); “cuando marqué el 7-11 pensé: ‘lo tenemos’” (Maica); “ganar el oro era el hecho de poder decir “por fin”, llevábamos dos finales perdidas, muchos años luchando para lograr el oro que nos faltaba” (Laura Ester); “eran mis ídolas, y he compartido uno de sus mayores éxitos en el mismo equipo” (Martina Terré); “el deporte les debía a las mayores un oro olímpico” (Nona Pérez).
Hemos llegado a lo más alto, pero cuando vuelves a la rutina, nadie se interesa por el waterpolo”
Eternas evita la lágrima fácil, y no rehúye episodios personales como los problemas de espalda de Judith Forca, la campaña de odio que sufrió Paula Leitón por su físico, o el regreso a la cotidianidad, cruda realidad, de las piscinas vacías en la Liga española. O saberse las campeonas olímpicas que en el waterpolo no tienen futuro más allá de sus carreras deportivas. “Hemos llegado a lo más alto, pero cuando vuelves a la rutina, nadie se interesa por el waterpolo”, admite Elena Ruiz. “Teníamos a 17.000 personas en París y ahora no llegan a 100”, observa Forca. “Yo no puedo vivir del waterpolo toda la vida”, reconoce Bea Ortiz. Solo faltó el testimonio de Miki Oca, que rechazó participar en el reportaje.